¡Las Cosas de la Vida!
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¡Las Cosas de la Vida!
Abï Dom Nov 02, 2008 1:56 pm
... ¡y por fin llegó! xDDD
Me veo obligada a dejar constancia de que le prometí este escrito a Ile cuando estuvios allá, hace ya... unos diez meses T__T (duele hasta decirlo, 10 meses!! 10 meses de retraso!
). Pero bueno... dicen que más vale tarde que nunca, aunque bueno... 10 meses... no sé yo xDDD
Este escrito está dedicado a todos los que hicieron que aquel finde semana en LaMadrid fuera tan especial, pero especialmente a Ile por sugerirme la idea y tener la paciencia para esperar tanto... espero que les guste! ^^
LAS COSAS DE LA VIDA
A veces, cuando me da un arrebato de inspiración y me pongo delante de un teclado, miro por la ventana antes de poner la primera palabra. ¿Por qué? Simplemente porque queda muy bonito eso de que la primera línea sea: “Mientras me dispongo a escribir, el cielo se viste de azul y regala el brillo de mil rayos de sol”, o incluso decir: “Mientras me dispongo a escribir, el día se tiñe de gris y lagrimea tristemente sobre las veredas de mi calle”. Como hoy. Últimamente, la atmósfera madrileña no tiene muchas ganas de alegrarnos la vida. Lo digo porque está claro que los días de sol influyen sobre nosotros haciendo que esbocemos una sonrisa, mientras que los días lluviosos suelen apagar el brillo de nuestras pupilas.
Así que, observando las nubes grisáceas, me quedo pensando en las pequeñas cosas de la vida. Recordando…
Recordando una imagen que desentierra la nostalgia de un fin de semana en LaMadrid.
Y con el asomo de una sonrisa, recuerdo un día en el que las lágrimas del cielo desentonaban, por fin, con la risa que bailaba en nuestros rostros. Acabo de evocar la memoria de una tarde en la que diluviaba, en la que resonaban los truenos de un verano descolocado, convirtiendo la tierra en barro resbaladizo bajo nuestros pies. Y mientras tanto, nosotros ya habíamos escogido escapar del techo seguro y abrigado que nos cubría. Desde luego, era mucho más divertido jugar al voley a cielo abierto, a pesar del agua fría que nos regaba continuamente, que empapaba nuestra ropa veraniega, que ensuciaba con fango nuestros pies… que intensificaba nuestras carcajadas…
Recuerdo cómo esa misma lluvia encharcaba los suelos que recorrimos alegremente durante esos dos días, más intensos de lo que muy a menudo son dos meses. Cómo las cámaras de fotos captaban uno de cada diez segundos, enmarcando nuestras sonrisas de una felicidad auténtica, no condicionada por el clima o cualquier otra insignificancia. Fotografías que eternizaron momentos impregnados de esa alegría sin límites. Paseos por las calles de un pueblo que contaba mil historias, un pueblo que, pese a no haberlo visto más de una vez, ya forma parte de nuestras vidas. El único que puedo considerar mi pueblo.
Recuerdo las estrellas que cubrieron dos noches infinitas, estrellas que nos observaron conmovidas y rieron alegremente con nuestras payasadas. Que se convirtieron en testigos de nuestras risas y bromas, de nuestra falta de experiencia a la hora de intentar comer un “simple” (si se le puede llamar así) helado, de las infatigables sendas nocturnas cuya banda sonora era la música del Coro del Cementerio, de nuestra impresión al escuchar la historia de una doncella fantasma…
Recuerdo las horas en las que la noche cerrada nos obligaba a huir de las calles y refugiarnos en casa, entre sábanas, almohadones, más risas y más fotos en medio de la oscuridad. Descubriéndonos entre nosotras cuando hablábamos de nuestros miedos, nuestros sueños, y seguíamos riendo con más historias de fantasmas.
Recuerdo todas esas cosas de la vida…
Y pienso que nunca antes la amistad había sido tan veloz, tan rauda a la hora de mostrar su habilidad con los lazos, porque en sólo dos días logró crear unos nudos dignos de un marinero. Y no con cualquier chirimbolo trucho, sino con cuerdas gruesas hechas con un material que se llama amor y que es capaz de aguantarlo todo, soportar incluso que lo estiren a lo largo de un kilométrico océano. A veces duele, sí. Pero es resistente y no puede romperse.
Cada centímetro de esta cuerda está formado por un momento, por alguna cosa de la vida que te devuelve la sonrisa incluso en días como hoy, en los que el cielo llora y pretende contagiarnos su melancolía. La fortaleza de saber que muy lejos, al otro lado del mundo, hay un lugar en el que la tristeza no tiene cabida porque la amistad se ríe de los nubarrones oscuros, es mucho más poderosa; sobre todo cuando sabes que el guardián que nunca duerme es el encargado de regar ese sentimiento. Una fortaleza que empuja tus alas, te anima a alzar el vuelo, a perseguir tus sueños y a confiar en que un día, tal vez más pronto de lo esperado, el pueblo donde se cultivan las cosas de la vida brillará otra vez ante tus ojos.
Me veo obligada a dejar constancia de que le prometí este escrito a Ile cuando estuvios allá, hace ya... unos diez meses T__T (duele hasta decirlo, 10 meses!! 10 meses de retraso!
). Pero bueno... dicen que más vale tarde que nunca, aunque bueno... 10 meses... no sé yo xDDDEste escrito está dedicado a todos los que hicieron que aquel finde semana en LaMadrid fuera tan especial, pero especialmente a Ile por sugerirme la idea y tener la paciencia para esperar tanto... espero que les guste! ^^
LAS COSAS DE LA VIDA
A veces, cuando me da un arrebato de inspiración y me pongo delante de un teclado, miro por la ventana antes de poner la primera palabra. ¿Por qué? Simplemente porque queda muy bonito eso de que la primera línea sea: “Mientras me dispongo a escribir, el cielo se viste de azul y regala el brillo de mil rayos de sol”, o incluso decir: “Mientras me dispongo a escribir, el día se tiñe de gris y lagrimea tristemente sobre las veredas de mi calle”. Como hoy. Últimamente, la atmósfera madrileña no tiene muchas ganas de alegrarnos la vida. Lo digo porque está claro que los días de sol influyen sobre nosotros haciendo que esbocemos una sonrisa, mientras que los días lluviosos suelen apagar el brillo de nuestras pupilas.
Así que, observando las nubes grisáceas, me quedo pensando en las pequeñas cosas de la vida. Recordando…
Recordando una imagen que desentierra la nostalgia de un fin de semana en LaMadrid.
Y con el asomo de una sonrisa, recuerdo un día en el que las lágrimas del cielo desentonaban, por fin, con la risa que bailaba en nuestros rostros. Acabo de evocar la memoria de una tarde en la que diluviaba, en la que resonaban los truenos de un verano descolocado, convirtiendo la tierra en barro resbaladizo bajo nuestros pies. Y mientras tanto, nosotros ya habíamos escogido escapar del techo seguro y abrigado que nos cubría. Desde luego, era mucho más divertido jugar al voley a cielo abierto, a pesar del agua fría que nos regaba continuamente, que empapaba nuestra ropa veraniega, que ensuciaba con fango nuestros pies… que intensificaba nuestras carcajadas…
Recuerdo cómo esa misma lluvia encharcaba los suelos que recorrimos alegremente durante esos dos días, más intensos de lo que muy a menudo son dos meses. Cómo las cámaras de fotos captaban uno de cada diez segundos, enmarcando nuestras sonrisas de una felicidad auténtica, no condicionada por el clima o cualquier otra insignificancia. Fotografías que eternizaron momentos impregnados de esa alegría sin límites. Paseos por las calles de un pueblo que contaba mil historias, un pueblo que, pese a no haberlo visto más de una vez, ya forma parte de nuestras vidas. El único que puedo considerar mi pueblo.
Recuerdo las estrellas que cubrieron dos noches infinitas, estrellas que nos observaron conmovidas y rieron alegremente con nuestras payasadas. Que se convirtieron en testigos de nuestras risas y bromas, de nuestra falta de experiencia a la hora de intentar comer un “simple” (si se le puede llamar así) helado, de las infatigables sendas nocturnas cuya banda sonora era la música del Coro del Cementerio, de nuestra impresión al escuchar la historia de una doncella fantasma…
Recuerdo las horas en las que la noche cerrada nos obligaba a huir de las calles y refugiarnos en casa, entre sábanas, almohadones, más risas y más fotos en medio de la oscuridad. Descubriéndonos entre nosotras cuando hablábamos de nuestros miedos, nuestros sueños, y seguíamos riendo con más historias de fantasmas.
Recuerdo todas esas cosas de la vida…
Y pienso que nunca antes la amistad había sido tan veloz, tan rauda a la hora de mostrar su habilidad con los lazos, porque en sólo dos días logró crear unos nudos dignos de un marinero. Y no con cualquier chirimbolo trucho, sino con cuerdas gruesas hechas con un material que se llama amor y que es capaz de aguantarlo todo, soportar incluso que lo estiren a lo largo de un kilométrico océano. A veces duele, sí. Pero es resistente y no puede romperse.
Cada centímetro de esta cuerda está formado por un momento, por alguna cosa de la vida que te devuelve la sonrisa incluso en días como hoy, en los que el cielo llora y pretende contagiarnos su melancolía. La fortaleza de saber que muy lejos, al otro lado del mundo, hay un lugar en el que la tristeza no tiene cabida porque la amistad se ríe de los nubarrones oscuros, es mucho más poderosa; sobre todo cuando sabes que el guardián que nunca duerme es el encargado de regar ese sentimiento. Una fortaleza que empuja tus alas, te anima a alzar el vuelo, a perseguir tus sueños y a confiar en que un día, tal vez más pronto de lo esperado, el pueblo donde se cultivan las cosas de la vida brillará otra vez ante tus ojos.
Abï- Admin
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...
Esteb@n Jue Nov 06, 2008 11:17 pm
Aby... la verdad... sin palabras. Es hermoso lo que escribiste y a la vez emocionante!
Mandale salu2 a toda la flia por allá y que Dios los siga bendiciendo como hasta ahora.
Aprovechando este comentario, te dejo el link de mi blog donde posteo la segunda ecografía que le hicieron a mi esposa. No se si sabian pero voy a ser papá
http://www.lodeesteban.com/2008/11/segunda-ecografa.html
Chau chau...
Mandale salu2 a toda la flia por allá y que Dios los siga bendiciendo como hasta ahora.
Aprovechando este comentario, te dejo el link de mi blog donde posteo la segunda ecografía que le hicieron a mi esposa. No se si sabian pero voy a ser papá
http://www.lodeesteban.com/2008/11/segunda-ecografa.html
Chau chau...
Esteb@n- Cantidad de envíos : 31
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Re: ¡Las Cosas de la Vida!
ile Vie Nov 07, 2008 4:31 am
aby!!!!!!! re lindooo!! la verdad valió la pena esperar tanto tiempo...
no se q decir.. solo q yo tmb la pase re bien esos días!! Y espero q se repita algún día (no muy lejano)
Espero q esto levante un poco el blog q esta decayendo.. jeje (ese era el objetivo no?? Jaja)
un beso grande para toda la flia!!!
la verdad valió la pena esperar tanto tiempo...no se q decir.. solo q yo tmb la pase re bien esos días!! Y espero q se repita algún día (no muy lejano)
Espero q esto levante un poco el blog q esta decayendo.. jeje (ese era el objetivo no?? Jaja)
un beso grande para toda la flia!!!
ile- Cantidad de envíos : 7
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Re: ¡Las Cosas de la Vida!
Loly Lun Nov 24, 2008 4:07 pm
Disculpen "foreros" , pero ante el escrito de Abi no me cabe decir otra cosa que está muy bueno!!! y firmar repetidamente "tía orgullosa"...
Loly- Cantidad de envíos : 76
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